lunes, 10 de enero de 2011

LA CULPA


La culpa es un sentimiento aprendido que interiorizamos desde nuestra infancia, cuando nuestros cuidadores principales intentan enseñarnos las normas. Viene principalmente de experiencias en las que hemos hecho o dejado de hacer algo, o en las que hemos dicho, o dejado de decir algo.
Es posible diferenciar la Culpa Sana de una que no lo es. La culpa sana es la que nos sirve de señal para darnos cuenta si estamos evadiendo la responsabilidad de algo que afecta negativamente a otros. La Culpa No Sana es la que nos roba el presente, nos mantiene atados al pasado y asustados con respecto al futuro. El individuo se constituye en su propio tribunal por lo que se siente solo y desamparado; esta culpa ocasiona angustia, inseguridad, inestabilidad emocional, sentimiento de dependencia, vergüenza, rabia, tristeza y depresión.
Sería muy grande la lista de las situaciones por las que nos podamos sentir culpables, las más generalizadas entre nosotros podrían ser: por decidir, por gozar, por valorarnos, por progresar, por tener riqueza, por actuar, por no actuar, etc.Todas ellas situaciones en las que ni siquiera hemos cometido un error, pero que estuvieron asociadas a algún mal proceder que trajo aparejado un gran sufrimiento en alguna antepasada.
Cuando podemos comprender y analizar positivamente este sentimiento, la culpa se transforma en aliada acompañándonos en nuestro camino haciendo de vigía, alertando en donde pudieran aparecer peligros: es como un sensor que se adelanta a nuestro andar y va rastrillando los "espacios de influencia". Lo peor que podemos hacer en este caso es negarla o dejar que pase ese sentimiento angustiante y actuar creyendo que ese sentimiento no nos está alertando, lo importante es acogerla y escucharla en su justa
medida debido a que su información es muy valiosa como así también el sentido de su presencia.

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